miércoles, noviembre 23, 2005

Alimentación y deporte

(27/11/2005)
El 70% de los preadolescentes no desayuna
Muchos alumnos van a clase con el estómago vacío, lo que origina un bajo rendimiento.

Siete de cada diez niños entre los 11 y los 13 años --final de Primaria e inicio de Secundaria-- acude cada día a clase con el estómago vacío. Esta realidad es la que se están encontrando las autoridades sanitarias de Aragón en los últimos años y que ha originado un verdadera preocupación entre los Departamentos de Salud, Educación y Consumo.
"Es impresionante. Estamos muy preocupados", ha reconocido a este diario el director general de Consumo, Angel Luis Monge.
"Hemos detectado que el 70% de los alumnos preadolescentes de Primaria y de Secundaria no desayuna nunca. Van a clase sin haber ingerido bocado desde la noche anterior. El profesorado nos comenta además que este hecho está originando un bajo rendimiento escolar y que incluso tienen que atender casos de mareos y de lipotimias entre lección y lección", describe preocupado.

DIETA POCO SANA
Por si fuera poco, a esta pérdida de hábitos saludables, como es el desayuno, se unen además el desplazamiento en general de la dieta mediterránea por alimentos preparados y la falta de ejercicio y de deporte.
"No sólo hay que inculcar hábitos saludables en el entorno educativo, sino que es una responsabilidad de los padres porque todo esto al final pasará factura en la salud de nuestros hijos cuando sean adultos", insistió.
"Se está disparando la obesidad infantil y ya tenemos niños hipertensos, con diabetes y esos problemas van a favorecer los episodios cardiovasculares cuando sean más mayores".
En este sentido, el responsable de Consumo realizó un llamamiento para que los niños desayunen en casa siempre, aunque sea algo mínimo desde un vaso de leche, cereales, galletas, zumos o un yogur. Igualmente, reivindicó la vuelta al bocadillo tradicional --de embutido o queso-- frente al abuso de la bollería industrial.
Reclamó también mayor responsabilidad a los padres para que en casa se ingiera más fruta, verdura, pescado, legumbre y carne, evitando en lo posible productos elaborados. Y por último pidió que se estimule más a los hijos en la práctica de ejercicio físico y de un deporte de forma habitual frente al sedentarismo y el abuso de videojuegos, consolas o televisión.
Desde el Gobierno de Aragón se vienen desarrollando multiplicidad de actividades que pretenden, básicamente, que los consumidores y usuarios sean conocedores de las alternativas, garantías y responsabilidades que pone a su alcance lo que se ha dado en denominar la sociedad de consumo .

INICIATIVA NOVEDOSA
Es en este contexto donde se sitúa el proyecto Alimentación, Salud y Deporte , auspiciado por los Departamentos de Salud y Consumo y de Educación, Cultura y Deporte. Lo innovador de este proyecto consiste en trabajar sobre la alimentación a través no sólo de la nutrición, sino del placer y los sentidos, de la cultura alimentaria, de la creatividad, de la identidad alimentaria y de la convivencia, teniendo siempre como base "la dieta mediterránea plasmada en la pirámide que conforman la frecuencia de los diferentes grupos de alimentos".
"Igualmente, se potencia el deporte y su relación con una vida y dieta sana", apuntó el director general de Consumo, Angel Luis Monge.
A través de este proyecto, dirigido al alumnado, se pretende inculcar a los escolares hábitos alimentarios saludables, así como culturales y de identidad, para descubrir una dieta equilibrada y diversa, como es la mediterránea.

(27/11/2005)
Fuente: © FIFA (Español)
http://www.fifa.com/es/index.html
La nutrición en el fútbol: Declaración consensuada de la FIFA/F-MARC
/noticias.info/
Con la adopción de buenos hábitos alimentarios, los jugadores de fútbol pueden gozar de una buena salud, evitar lesiones y alcanzar el máximo rendimiento.
Los jugadores deben elegir alimentos adecuados a los entrenamientos constantes e intensivos y que, además, ayuden a optimizar el rendimiento durante el partido.
Todo lo que un jugador ingiere en los días y las horas previos al encuentro, y durante el encuentro propiamente dicho, puede influir en el resultado, ya que es susceptible de reducir los efectos del cansancio, permitiendo a los jugadores sacar el máximo rendimiento a sus capacidades físicas y técnicas.
Los alimentos y fluidos ingeridos al finalizar el entrenamiento o durante el partido pueden optimizar la recuperación. Cada jugador debe contar con un plan alimentario adecuado a sus necesidades individuales.
Las necesidades energéticas y metabólicas durante los entrenamientos y partidos varían a lo largo de la temporada, según el nivel de la competición y dependiendo de las características individuales de cada jugador.
En futbolistas de elite, el consumo medio de energía en un entrenamiento o partido es de aproximadamente 6 MJ (1500 Kcal.) al día para hombres y de aproximadamente 4 MJ (1000 Kcal.) para mujeres. La alimentación del jugador debe ser variada y ha de proporcionar la cantidad de hidratos de carbono necesaria para hacer frente al programa de competición y de entrenamientos.
Asimismo, debe cubrir todas las necesidades nutricionales y permitir la manipulación del balance energético o nutricional para lograr cambios en la masa corporal magra, los niveles de grasa corporal o el crecimiento. Los niveles bajos de energía provocan alteraciones en las funciones hormonales, metabólicas e inmunitarias, además de afectar a la salud de los huesos. La ingestión de una cantidad adecuada de hidratos de carbono es una estrategia fundamental para evitar este tipo de alteraciones.
Un jugador necesita entre 5 y 7 gramos de hidratos de carbono por cada kilo de masa corporal durante los periodos de entrenamiento moderado, y hasta 10 g/Kg. en los periodos de entrenamiento intenso o competición.
Los cambios en la alimentación que modifican la respuesta aguda al entrenamiento de la capacidad de aguante, la aceleración y la resistencia tienen el potencial de influenciar las adaptaciones crónicas al entrenamiento.
La dieta cotidiana debe potenciar la ingestión estratégica de hidratos de carbono y proteínas antes y después de las sesiones clave de entrenamiento para optimizar la adaptación y mejorar la recuperación.
El consumo de hidratos de carbono sólidos o líquidos debe comenzar durante la hora siguiente al final del entrenamiento o partido, para acelerar la recuperación de los niveles de glucógeno.La ingestión de alimentos o bebidas que contengan proteínas en este momento puede potenciar los procesos de recuperación. Las necesidades alimentarias en día de partido están influenciadas por el tiempo transcurrido desde la última sesión de entrenamiento o partido. Los jugadores deben intentar asegurarse de que sus niveles de hidratación son buenos antes del comienzo del partido y aprovechar las oportunidades para ingerir hidratos de carbono y fluidos antes y durante el encuentro, según su plan alimentario.
El cansancio afecta al rendimiento físico y mental, pero la ingestión de hidratos de carbono y otros nutrientes puede reducir los efectos negativos de la fatiga. Incluso en ambientes frescos, el entrenamiento y el juego producen sudoración. Si no se sustituye el agua y los electrolitos que se pierden a través del sudor, aparece el cansancio y, con él, las dificultades en la ejecución de tareas.
En la actualidad, las interrupciones en el juego proporcionan oportunidades limitadas para la ingestión de hidratos de carbono y fluidos, y en algunas condiciones puede incluso ser contraproducente. El fútbol es un deporte de equipo, pero las diferentes respuestas de los jugadores al sudor hacen que el seguimiento para determinar las necesidades individuales sea una parte esencial de la estrategia de nutrición e hidratación de un jugador.No existen pruebas en las que sustentar el uso generalizado que se hace actualmente de los complementos dietéticos en el fútbol, por lo tanto, se desaconseja su uso indiscriminado.
Los complementos dietéticos se deben utilizar, únicamente, bajo la supervisión de un profesional cualificado de la nutrición deportiva.Las jugadoras deberán asegurarse de que su dieta incluye alimentos ricos en calcio y hierro, según sus necesidades.
Los jugadores más jóvenes tienen necesidades energéticas y nutricionales específicas para potenciar el crecimiento y el desarrollo, y para hacer frente a las necesidades energéticas del propio deporte. Muchas jugadoras y jugadores jóvenes necesitan incrementar la ingestión de hidratos de carbono y desarrollar hábitos alimentarios adecuados para hacer frente a las demandas del entrenamiento y la competición. Los jugadores pueden ser más propensos a la enfermedad en épocas de entrenamiento intenso y estrés. Durante varias horas, después de haber realizado un gran esfuerzo, los componentes del sistema inmunitario tanto innato como adaptativo, muestran un funcionamiento deprimido.
La ingestión suplementaria de hidratos de carbono durante el ejercicio físico intenso se ha revelado como una medida paliativa parcial. El calor, el frío, la altitud y los viajes a través de distintas zonas horarias actúan como factores de estrés que alteran las funciones fisiológicas normales, la homeostasis, el metabolismo y todo el balance de los nutrientes corporales. En lugar de aceptar la disminución del rendimiento como algo inevitable, los entrenadores y atletas deben informarse bien y planear estrategias de entrenamiento y competición que sirvan para compensar los desafíos ambientales.
El alcohol no es una parte esencial de la dieta humana. La recuperación y todos los aspectos relacionados con el rendimiento pueden verse afectados durante algún tiempo tras el consumo de alcohol. Los excesos relacionados con el consumo de alcohol se deben evitar siempre.Con frecuencia, las necesidades de los árbitros se pasan por alto. Sin embargo, se requiere de ellos un alto grado de forma física y de capacidad de decisión.
En todos los niveles de competición, los regímenes de entrenamiento y estrategias nutricionales de los árbitros, incluida la ingestión de fluidos durante el partido, deben ser similares a los que siguen los jugadores.El talento y la dedicación al entrenamiento ya no son suficientes para lograr el éxito en el fútbol. Una buena alimentación tiene mucho que ofrecer a los jugadores y al cuerpo arbitral, como por ejemplo, un mayor rendimiento, mejor salud y el placer de disfrutar de una alimentación más variada.

(24/11/2005)
LA OBESIDAD EN EL SIGLO XXI
ELADIO GARCIA (24/11/2005)
La celebración del Día de la Obesidad es una buena ocasión para hacer algunas consideraciones sobre esta enfermedad que se ha convertido en la "plaga" del siglo XXI, constituyendo hoy en día uno de los principales problemas de salud pública.
Marañón lo adelantó ya cuando dijo "la obesidad sustituirá a las infecciones" como problema de salud. Aunque en la actualidad se han añadido otras causas no previsibles en aquellas fechas, que han potenciado aquella predicción, pues al bienestar y abundancia que ya se vislumbraba en aquellos años, se han añadido la televisión, los juegos infantiles de "consola" y la alimentación "teledirigida" por la publicidad, cuyo mal control y abuso conlleva muchas horas de sedentarismo y un considerable aumento de ingesta de alimentos, que se traducirá en un exagerado almacenamiento de grasa por el organismo.
Conviene aclarar que por el término obesidad se entiende una "enfermedad crónica originada por un trastorno metabólico que conduce a una excesiva acumulación de energía en forma de grasa corporal con relación al valor esperado según el sexo, la talla y la edad", aunque en los niños haríamos algunas matizaciones.

Hay que tener en cuenta que más del 95 % de las obesidades son de origen nutricional, sólo un 5% se deben a otras causas.

Numerosos estudios, algunos recientes, demuestran cómo la obesidad está aumentando de forma alarmante en la población infantil.

Dos causas son las principales, ya apuntadas en las primeras líneas:

-Alimentación inadecuada y falta de ejercicio.

Los niños de hoy, en general, hacen una alimentación hipercalórica y desequilibrada; es decir, abundantes en calorías, la mayor parte de las denominadas "vacías", que se acumulan con rapidez, originada, en su mayoría, por el abuso de la "bollería" industrial y/o de alimentos precocinados, en detrimento de la alimentación tradicional.
En otras palabras, comen pocas legumbres, pocas frutas frescas, en muchos casos nulas verduras.

Otra de las causas coadyuvantes en este problema es la falta de ejercicio de forma regular, no es suficiente con practicar esporádicamente algún deporte, es necesario, al menos, caminar entre 30 a 45 minutos diarios.

Es cierto que existen factores genéticos que favorecen el exceso de peso, pero no es menos cierto que los factores ambientales, sobre todo alimentación y ejercicio en sus distintas modalidades, son determinantes; es decir, al niño hay que proporcionarle una alimentación y un estilo de vida saludable, sin grandes imposiciones, sino de una forma normal, natural, en el ambiente familiar.
Quizás haya que hacer ver a los adolescentes los "costes" que para la salud supone la obesidad ya que genera una serie de enfermedades, que no sólo pueden acortar la vida, sino la calidad de la misma, estamos hablando de la Diabetes Mellitus, de la hipertensión, de enfermedades cardio-vasculares y de graves trastornos osteo-articulares; pero el niño obeso, frecuentemente también tiene que enfrentarse a una cierta discriminación por sus compañeros, lo cual le mermará su autoestima, lo que, generalmente, le lleva a aislarse y a refugiarse en la comida.

Conscientes de esta situación la Asamblea Mundial de la Salud estableció en 2002 la Estrategia Mundial sobre el Régimen Alimentario, Actividad Física y Salud; y en España, la Sociedad para el Estudio de la Obesidad (Seedo), en colaboración con la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición, se ha elaborado la Estrategia Nacional sobre Nutrición, Actividad Física y Prevención de la Obesidad (NAOS).

Como ven entre los médicos, pediatras y endocrinólogos, representados por las distintas sociedades científicas, existe una gran inquietud en este tema que afecta ya a más de un 26% de población y que va en aumento.

Pero el problema hay que llevarlo a la calle, debe concienciarse a la población, sobre todo a los jóvenes, ya que, hoy por hoy, el mejor tratamiento es la prevención; y en todo caso, el tratamiento precoz y sostenido con los debidos controles.

Es muy importante que se alcance la vida adulta, los 18 o 20 años, con un peso aceptable. Después será más difícil que adquieran el sobrepeso o la obesidad, y caso de que ocurriera, el tratamiento sería más favorable.