miércoles, noviembre 23, 2005

Alimentación en la juventud






1
Realiza una alimentación planificada y equilibrada procurando evitar la excesiva cantidad de bocadillos, refrescos, dulces, etc. y en cambio aumentar la oferta de frutas, verduras, lácteos, legumbres y cereales de grano entero.

2
Haz ejercicio físico regular mediante algún tipo de práctica deportiva. Pasear o practicar algún deporte con tus amigos o familia puede ser una buena manera de estimular la actividad física.


3
Respeta los horarios de comida. Evita comer entre horas alimentos ricos en grasa y azúcares, ya que esto tiene dos inconvenientes:
*aportan muchas calorías y pocos nutrientes
*te quitan las ganas de comer alimentos mucho más nutritivos

4
No te olvides de los lácteos. Son muy importantes para que tus huesos tengan todo el calcio que necesitan. Si tiendes al sobrepeso selecciona los desnatados o semidesnatados.

5
No olvides que los hidratos de carbono son nuestra principal fuente de energía. Los puedes encontrar en:
los cereales: arroz, avena, maíz, trigo y sus derivados; harinas y productos elaborados con ellos como pan, pastas, galletas.
las legumbres (guisantes, garbanzos, lentejas, etc.). Estos también nos aportan fibra que es importante para regular el funcionamiento de nuestro intestino y prevenir enfermedades.
6
Precaución con la comida rápida, -engorda mucho y alimenta poco-.



7
Es importante comer despacio y sin distracciones (TV, videojuegos, etc.). Más de 2 horas frente a la televisión favorecen la obesidad.



8
Se debe comer con moderación y variedad: un poco de cada cosa y no mucho de una sola.



9
Haz participar a tu familia y amigos en la práctica de los buenos hábitos alimentarios. Una alimentación sana es saludable para todos ellos, tengan o no sobrepeso.

10
La adolescencia es una etapa de cambios psicológicos importantes que pueden afectar la actitud hacia la comida, apareciendo rechazo por la imagen corporal y trastornos en la conducta alimentaría, en ese caso: consulta a tu médico.



11
Es peligroso que hagas dietas o tomes fármacos para la obesidad sin consultar antes a tu médico.